Precioso, otra vez tengo que luchar contra la pena. Tu marcha me alegra, claro que sí; te mereces más que muchos un hogar y la tranquilidad y seguridad de una familia. Pero yo te echaré mucho de menos, Séneca. Recordaré mucho y añoraré mucho la paz que se siente estando a tu lado. Disfruta de esta segunda oportunidad, cosa guapa. Disfruta y siente nuestro amor y nuestro agradecimiento por haber convivido contigo.
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