Rastro, amigo mío. Realmente has sido un perro ejemplar para este
refugio. Siempre amable, siempre obediente, siempre contento. Ahora
vas a vivir con dos familias que te han recibido como a un hijo
pródigo. Estoy segura de que vas a seguir siendo el apoyo del abuelo,
el compañero de paseos del hijo y el colega de trastadas del
nieto…… Ya en el momento que llegaste supiste estar a la altura y
todos, como nosotros, vieron tus cualidades y las valoraron. Se feliz,
Rastro, te lo mereces.
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