Ay, mi peludete! Qué bien has sabido camelarte a tu casa de acogida para que ahora no pueda ni imaginar que te vayas de su vida.
Desde luego, con lo guapísimo que te tiene, no me extraña que no quieras perder tanto cariño, tanta sensibilidad y tanto amor como tienes ahora.
Devuelve tanta riqueza y disfrútala!
Comentarios
No hay comentarios.