¿Qué es?
Es un diminuto chip con una cápsula de vidrio.
Es un material inerte y biocompatible.
Lleva grabado en él un número inalterable.
¿Dónde se coloca?
Normalmente en el lado izquierdo del cuello del perro.
Puede variar su localización por el cuerpo.
¿No le molesta?
Solo le molesta el segundo que se tarda en introducirlo
debajo de la piel con una aguja. ¡Y algunos ni se quejan!
El resto de la vida, el animal no lo nota.
¿Cuándo hay que ponerselo?
Es obligatorio en perros a partir de los 3 meses de edad.
En gatos es voluntario.
¿Cuánto cuesta?
Unos 30-40 €. Y es solo una vez en la vida.
¿Cuanto pagarías por poder recuperar a tu perro cuando se te pierda o te lo roben de forma rápida?
¿Una vez colocado me olvido de él?
– Una vez que el veterinario lo haya implantado, comprueba que los datos son correctos entrando en la web de RIVIA (si vives en vlc).
– Asegúrate de que te llega a casa la tarjeta de identificación. Tardarán 1-3 meses.
– Haz que el veterinario compruebe después de ponerlo que el lector de microchips es capaz de leerlo.
– Cuando cambies de domicilio o de teléfono, avisa a tu veterinario para que cambien los datos del microchip. De nada sirve implantarle un microchip si no se puede contactar con su dueño. Muchos son los perros que llegan a las perreras y protectoras, y los datos no son correctos, por lo que se sacrifican o se dan en adopción.
WEB: http://www.rivia.org
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