No hemos tenido tiempo de disfrutar de tu compañía y creímos que tu vejez iba a ser tranquila y feliz en tu nueva familia, Merceditas guapa, pero las cosas no quisieron salir así y nos has dejado demasiado pronto y demasiado sorprendidos y tristes, muy tristes. Saliste del refugio no para ir a tu nuevo hogar sino para ocupar tu puesto al pié del arcoiris. Esta vez sentimos que no nos ha dado tiempo a enseñarte todo lo que puede querer un ser humano pero este poco tiempo hemos aprendido a respetarte, a darte todo nuestro amor, a disfrutar de tu dulzura y a hacer ese huequecito en nuestro corazón que siempre estará lleno de tí. Descansa y esperanos allá.
SU HISTORIA
Nos avisaron de que había un perro grande y moribundo que se había metido en un jardín y no podían moverlo. Nos pusimos en marcha y lo que nos encontramos fué a una mastina vaga como ella sola que solo se movía al olor de la comida. Ni moribunda ni siquiera enferma de nada, según las analíticas que le hicimos. Merceditas tiene unos ocho años (01/2012), es un poco marimandona como todos los mastines, le gustan las caricias y los mimos, es feliz tumbada a nuestros pies con la cabeza encima y pasea muy a gusto también. Se lleva estupendamente con los compañeros y, una vez los conoce, también con los perros pequeñitos, aunque hay que presentárselos debidamente. Buena comedora y obediente, es una manta dulce y equilibrada que poner en nuestras vidas y disfrutar de su seguridad y su tranquilidad.
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