Por fín nuestro peque ha tenido la suerte que se merece. Su dulzura y esa mirada de amor que siempre tiene le han llevado a encontrar un adoptante estupéndo. Vas a pasear mucho y a corretear por el monte todos los días, guapetón. De un balcón al sol en el que te estabas muriendo, pasaste al refugio y ahora vas a llevar una vida feliz. No debes olvidarnos, nosotros no te olvidaremos.
Comentarios
No hay comentarios.