Lau, pequeño ángel, nos duele mucho tu pérdida porque pensamos que seguramente ha sido innecesaria. Has caído víctima de la falta de responsabilidad, de la falta de inteligencia, de la falta de respeto de alguien que actuó sin pensar lo que hacía. Por querer salvarte la vida sin hacer esfuerzo alguno, te metió en medio de la enfermedad y no has podido superarlo. No te decimos adios, ya lo sabes. Nos esperarás con los compañeros que te han precedido al final del arco iris. Hasta la vista, bonita.
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