Preciosos, me dan ganas de llorar al pensar que os tengo que decir adios porque todos os habeis ido lejos, a vivir vuestras nuevas vidas con familias que os quieren y os respetan. Y me siento feliz de poder tener la seguridad de que por fín vais a conocer la amistad del ser humano, su calor, su seguridad y su amor y vais a sentir que se valora vuestra lealtad y vuestra adoración. Disfrutad de la vida, amigos míos, y no os olvideis de nosotros.
Comentarios
No hay comentarios.