Así nos apareció este pequeño en la protectora. Lo recogieron, casi sin fuerzas ya para tenerse de pié, en una carretera secundaria cercana. Desde el primer momento nos dijo que tenía ganas de vivir, que tenía hambre, sed, necesidad de limpieza…. Le quitamos cientos de parásitos externos y aún sale algún que otro interno, pero su estado ha mejorado muchísimo. Ya nos saluda
alegre cada mañana, ya se come toda la comida sin esfuerzo y aún nos pide más…. Es cariñoso y agradecido y valora como ninguno la más mínima carica o el más minimo gesto de atención o afecto hacia él. Ahora, pasada ya el hambre de comida, nos esta pidiendo que le saciemos el hambre de amor. Será una gran compañía para la familia que le de cobijo. No se arrepentirá de poner un ser tan sensible y amable en su vida.
Comentarios
No hay comentarios.