Como duele decirte adios, JB precioso. Te recibimos moribundo y conseguimos convertirte en un perro espectacular en todos los sentidos. Eras grande, guapo, noble, con personalidad, sociable, cariñoso, alegre, obediente…. Para tu adoptante ha sido tan doloroso como para nosotros tu final.
Has cruzado el arcoiris por culpa de unos desalmados que tiraron veneno por encima de la verja de tu casa, seguramente para poder entrar después a robar, como ya habían hecho en otros chalets.
Desde allí sabemos que nos miras y vas a protegernos igual que lo hiciste aquí. El tiempo que pasamos juntos, cuidándote y tú cuidándonos, es uno de los más hermosos recuerdos que nuestra labor con vosotros, los perros maltratados, nos va a dejar a todos. Todos tendremos siempre un huequito en nuestro corazón para tí, precioso y adorable amigo.
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