A nuestro campeón lo veía enfermar cada vez más una compañera nuestra y no conseguía convencer a su dueño para que le atendiera debidamente. Al final consiguió que Durruti viniera a vivir con nosotros. En pocos meses, su salud mejoró y Durruti se reveló como un compañero tranquilo y afable, equilibrado y cariñoso que adora los paseos y transmite una paz que nos hace relajarnos siempre que lo tenemos cerca. Además es guapetón y alegre, lo tiene todo en sus cuatro años (enero de 2016). Será el amigo imprescindible para la familia que le de su segunda oportunidad.
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