A mi rottweyler particular se lo ha llevado una gran compañera a vivir con su familia. La echo mucho de menos porque, tan chiquita como era, tenía la gracia de hacer más ruido que todos los demás grandullones juntos. Eres un amor precioso, chiquitina mía, se todo lo feliz que te mereces y recibe todos los mimos que tanto te gusta y sabes pedir tan bien. Te quiero.
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