Canastero, precioso, naciste en septiembre y en octubre estabas agonizante junto a mí en mi cama. Pasamos días chungos, verdad? Pero tus ganas de vivir y mis ganas de salvarte hicieron el milagro. Eres un perro dulce, alegre, guapo, inteligente, sinvergüenza, leal…. A penas has estado unos meses separado de mí en tu vida y ahora tengo que decirte adiós porque ha llegado tu oportunidad. Vas a vivir con dos personas sensibles y con las que has demostrado que te sientes bien. Tienes que ser feliz, tienes que ser educado y amable y generoso con ellas. Con la seguridad de que has encontrado tu lugar en este mundo, curaré yo la herida que me has dejado al decirte adiós.
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