Las puertas del arcoiris no acaban de cerrarse para este refugio.
Ahora ha sido la pequeña y dulce Romina la que nos ha dejado. Su
cuerpecito no ha podido con la enfermedad. Toda la vitalidad que su
hermano está demostrando le ha faltado a ella.
Preciosa mía. Me queda el consuelo de haberte dado todo el cariño que
me ha sido posible en este poco tiempo que he podido disfrutar de tí.
Tengo los brazos vacíos, fríos…. Te echaré mucho de menos.
No dejes de pensar en nosotros allá lejos, por favor. Une tu lealtad y
tu cariño con los compis que te precedieron y continuad mandándonos un
poco de fuerza para poder seguir adelante.
Estoy segura de que vuestra ayuda podrá sacarnos de este bache tan
atroz que estamos viviendo y veremos finalmente hecho realidad el
sueño de ser todos una comunidad en armonía y llenos de amor hacia
vosotros y de complicidad con los que aún nos quedan.
A tí tampoco te digo adios, chiquitina bonita. Tengo la firme
seguridad de que cuando me toque a mí podré reunirme de nuevo con
todos vosotros y no habrá maledicencias, envidias, venganzas ni
descalificaciones que enturbien nuestro reencuentro. Casi lo estoy
deseando.
Tanta soledad pesa demasiado, sobre todo a la hora de veros partir.