Este guapetón, nacido aproximadamente en marzo del año pasado (2013), pasó toda su infancia encerrado en un pequeño balcón, del que salía muy poquitas veces. Finalmente, él y sus dos compañeros mini tuvieron la suerte de dar lástima a un vecino que denunció el caso y fueron retirados a su dueño. Es agradecido, alegre, cariñoso, muy atento al ser humano, una verdadera perita en dulce para alguien activo y al que le guste jugar y pasear.